Paseo por mis sombras: El cine de Val Lewton Vol.2

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Extracto del libreto interior:

*Val Lewton es la clase más singular de autor que se pueda imaginar. Es el autor emboscado, el oblicuo. Su alma esté expuesta en sus películas, su psique y su sensiblidad, analizadas y descarnadas en los fotogramas en perpetua evolución, desde la poética elusiva de sus trabajos junto a Tourneur en los primeros 40 al melodrama grotesco junto a Karloff a mediados de la década, con el fin de la 2º Guerra Mundial marcando una transición con respecto al gusto/estilo por y del horror.

La autoría de Lewton, indiscutible, no está vertebrada a través de mansos realizadores que se ciñen a una visión demiúrgica, sino que se articula a partir de la personalidad original, fundacional casi, de Jacques Touneur en el tríptico La mujer pantera, Yo anduve con un zombie y El hombre leopardo y se desarrolla después mediante las aportaciones/ampliaciones/variaciones experimentadas por Mark Robson y Robert Wise, que trajeron la influencia de Orson Welles y la fusión definitiva con el noir primero y con el melodrama gótico después.

Tourneur aportó al universo de Lewton la dialéctica de los contrarios, la zona de contacto entre la sombra y la luz, donde ambas se disuelven la una en la otra. Su encuentro, que fue el de dos creadores mayúsculos, definió la idea de un nuevo horror, opuesto al clasicismo de los monsters de la Universal.

Lewron, como sucede con Roger Corman, tenía talento para el talento. Sabía, además, que necesitaba traductores para su tortuoso universo privado y además era un  hombre de equipo, formado a la sombra de David O. Selznick en el momento álgido del sistema de producción de periodo clásico. La pequeña unidad que la RKO puso a su disposición en 1942, muy restringida en cuanto a presupuesto y recursos, además de adscrita al género de terror, que Lewton concebía como un moderno thriller melodramático que explorase territorios de sombra reales, psiques convulsionadas y laberínticas capturadas por una plástica fantasmagórica.(…)

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(…) Las películas de Lewton, como la gran mayoría de las obras del Hollywood del sistema de estudios, son constructos colectivos, donde cada pieza aporta su talento y/u oficio particular a fin de configurar la pieza final. En eso no se diferencia de sus contemporáneas. Lo que las distingue es como ese ensamblaje, como ese puzxle, forma la final una imagen precisa que no es otra que la del interior de Val Lewton, el hombre tras la sombras; el hombre en las sombras.*

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